Es Jueves Santo y el día en que Nacional enmudeció a Argentina con su bendición

Foto: Pexels y Escudoteca PN

Es jueves santo y no queremos cerrar el día con un hermoso recuerdo de lo que ha pasado en la historia de Atlético Nacional, que si bien está lejos de aquella época de tantos ídolos en torneos continentales. Nunca está de más recordar y rememorar la rica historia de nuestro equipo en una fecha bien particular, que para muchos es intocable por las costumbres culturales e históricas con las que hemos crecido.

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Un Jueves Santo hace 18 años ya, Atlético Nacional estaba de vuelta en la Copa Libertadores de América, en condición de campeón después de una larga ausencia de títulos y participaciones en este certamen, era emparejado en el famoso grupo de la muerte de la edición 2006. Donde compartió con Rosario Central, Cerro Porteño y Palmeiras en una auténtica carnicería en la que muchos creían que el campeón saldría de dicha zona.

En el estadio Gigante de Arroyito, Rosario Central recibía Atlético Nacional dirigido en aquel momento por Sachi Escobar, y quien llegaba como candidato a sacar una buena ventaja en el marcador. Un empate estaba en las cuentas de muchos, pero ante la gran exhibición de jugadores como Víctor Hugo Aristizábal y Vladimir Marín, quien estaba de vuelta desde Paraguay, el verdolaga se impuso por marcador de 2 a 1 en Argentina.

El resultado, para muchos sorpresivo y catalogado como todo un batacazo dentro de la fase de grupos de la competencia, dejó un icónico momento que quedó registrado en las cámaras tras uno de los goles del verde, con José Amaya bendiciendo a sus compañeros en el césped del Gigante de Arroyito, tras un gol de "Aristi", quien fue la gran figura del encuentro en aquella noche. A la postre, Atlético Nacional culminó su fase como líder con 10 puntos por encima de Palmeiras, pero sería eliminado por la Liga de Quito en los octavos de final de la competencia.

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Venía de cortar una sequía

Recordemos que aquel Atlético Nacional llegaba clasificado a dicha CONMEBOL Libertadores luego de imponerse como campeón del torneo apertura de la Copa Mustang, tras vencer en la final a Independiente Santa Fe, cortando así una gran sequía sin títulos, y obteniendo su primera corona oficial en el milenio. El verdolaga partía como uno de los favoritos en dicha edición del torneo continental.